divendres, 12 de febrer del 2016

Reflexions d'una mare

Benvolgudes famílies i tutors,

Volem compartir amb tots vosaltres encara que sigui amb molt retard, una carta escrita per una mare desprès d'assistir a l'assemblea general ordinària que es va celebrar el passat 17-10-2015. 
Realment aquesta carta ens ajuda a reflexionar sobre el futur dels nostres fills i filles, el paper que desenvoluparan en una societat que no els hi es/serà amiga, una societat molt competitiva on el teu valor es equivalent a la teva aportació material.
Els valors immaterials son moltes vegades motors que ajuden a les persones i aquests valors entre tots hem de fer que siguin molt més importants. Podem quedar-nos de braços creuats o podem aportar el nostre granet... També de nosaltres depen!!!

Text íntegre:

LEXIA POR LA EXCELENCIA
  
El pasado sábado, 17 de octubre, se celebró una reunión del Ampa del colegio Lexia para dar acogida a los padres de nuevos alumnos del centro y de aquéllos otros que, aunque ya veteranos, no habíamos tenido la oportunidad de asistir.

Acudí con la expectativa y el convencimiento de ilustrarme acerca de las actividades que la Junta del Ampa tenía previsto desarrollar durante el curso 2015-2016. Pero pronto advertí que la trascendencia del encuentro excedía de cualquier reunión ordinaria de padres, probablemente porque nuestros hijos no responden a unos criterios estándares de normalidad en la sociedad y ello requiere una aceptación previa de los padres que no siempre es fácil de conseguir.

La reunión procuró una suerte de improvisada terapia compartida que profundizó en el conocimiento de las múltiples habilidades de nuestros hijos; pero también en las dificultades con las que se enfrentan a lo largo de su periplo vital, especialmente en el momento de formarlos y educarlos para su inclusión en una sociedad exigente e irreverente con la diferencia.

Otra conclusión de la reunión, excelentemente auspiciada por sus promotores (Junta del Ampa) se centró en constatar que en la actualidad nuestros hijos no disponen de cobertura en un sistema educativo restrictivo y elusivo a la hora de formar a personas que disponen, sin duda de una inteligencia práctica y emocional capaz de transformar una sociedad.

Esta anomalía educativa impide que todos, en tanto que ciudadanos, podamos tender a la excelencia social, término tan acuñado últimamente en los foros formativos y divulgativos. La excelencia no se alcanzará mientras no dispongamos de una sociedad integradora y enriquecida con la diversidad.

Para llegar a tamaño objetivo es necesario hacer visibles a nuestros hijos y con ellos sus necesidades. Resulta imprescindible sensibilizar a nuestro entorno, subrayando lo que nosotros, de algún modo, tenemos la suerte de vivir cada día, que la vida es un camino infinito de aprendizaje, que las dificultades se superan con voluntad y esfuerzo, que la presencia de la diferencia se erige como la verdadera grandeza de una sociedad en la que todos somos necesariamente aportantes y que la exclusión en forma de olvido no hace más que limitar nuestras posibilidades de evolución social.

Constatado el problema, el reto es nuestro como padres. Somos pocos, pero tenemos la fuerza y el conocimiento para entender la dificultad y, cómo no, la valentía que nos imprimen nuestros hijos para visualizarlos y proyectarlos con normalidad en la sociedad, reivindicando sus derechos. Reivindicando, en definitiva, el derecho a una sociedad justa para el conjunto de su ciudadanía.

La Junta del Ampa ha hecho una gran labor, meritoria desde luego del mayor agradecimiento por mi parte, sobre todo por los ínfimos medios de que han dispuesto y la falta de colaboración por el resto de padres, entre los que me incluyo.

Ahora, nos toca a todos. Todos somos Ampa. Todos somos sociedad.

Gracias a todos.

Saludos.

Madre